domingo, 8 de abril de 2012

La influencia de las redes sociales en la subjetividad individual y colectiva - Conclusión

   Es innegable que la sociedad está atravesando un momento de transición con respecto a sus recursos y métodos de comunicación. La pantalla de la PC simboliza una ventana de infinitas posibilidades que nos provee de una catarata de datos por momentos desbordante. Hoy en día se vuelve imprescindible apelar a métodos estratégicos de selección de la información debido a los continuos avances de acceso que dificultan cada vez más la intención de abarcar todo lo que está a nuestro alcance. Según Scolari en Hipermediaciones: “(…) la mente humana funciona por asociación y cada vez que tiene una información en su poder inmediatamente salta a la siguiente conforme a una intrincada red de recorridos sostenida por las células del cerebro.”
Esto indefectiblemente nos arrastra a una pérdida de enfoque que no permite la interiorización de contenidos.
Tomemos como ejemplo un día corriente en la vida de un joven de clase media promedio y consumidor activo de las nuevas tecnologías: Amanece, desayuna, se conecta a través de su ordenador para chequear sus mails y organizar la agenda del día. Luego, se prepara para encarar su jornada manteniéndose en contacto con su entorno social (círculo de amigos, compañeros de universidad o de trabajo, familia, etc.) por intermedio de su dispositivo móvil (Blackberry, I-Phone, o cualquier teléfono celular de los denominados Smartphones), sumado a las alternativas de conexión que estos mismos proponen (el programa WhatsApp o el chat exclusivo de Blackberry)  y las distintas redes sociales (MSN, Facebook o Twitter).

¿Cómo es posible mantenerse enfocado en un tópico o actividad determinada o responder a las exigencias del mundo ante tales circunstancias?

Hasta el mismo Juan Pablo Varsky, periodista argentino de renombre que se desempeña tanto en medios gráficos, como en radio y televisión, declaró a través de su cuenta personal de Twitter @JPVarsky el 3 de Noviembre de 2011:
“En decisión trascendente, con el único motivo de evitar el incendio de mi cabeza, he sacado Twitter de mi teléfono celular. La recomiendo.”

En otras palabras, mientras una decisión no sea tomada, todo es probabilidad y lo que representa nuestra mirada frente al monitor o dispositivo móvil no es más que la oportunidad de conservar el máximo de ventanas abiertas en función de dilatar aquello que las decisiones conllevan: la pérdida de las posibilidades.
Las nuevas tecnologías y recursos de comunicación están presentes en el aquí y ahora, desarrollándose a pasos agigantados, como lo describe Scolari: “(…) En esta relación simbiótica entre el hombre y la computadora el hombre fijará los objetivos, formulará hipótesis, determinará los criterios y realizará las evaluaciones.”
Teniendo en cuenta el texto de Barker también podemos establecer que los estudios culturales constituyen un campo de permanente debate y cuestionamiento y que su empleo y sus significados serán siempre cambiantes.
Estas tecnologías pueden ser consideradas como adaptaciones contemporáneas de las viejas costumbres o se puede intentar darles un significado e interpretación ligado de manera exclusiva con el presente. No obstante, detrás de cualquier tipo de dispositivo o herramienta, es el individuo quien debe adaptarse a las circunstancias de los tiempos que le toquen atravesar sin perder noción de la necesidad fundamental que significa para todo ser humano racional y pensante el desarrollo de su propia subjetividad individual.

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